Cuarenta años de entrega
El pasado viernes 22 de noviembre pudimos celebrar la eucaristía en el seminario, pero esta vez para despedir a un trabajador de esta casa, José Luis, quien tras cuarenta años ha estado al mando de las cocinas de este emblemático edificio, siendo así el encargado de alimentar a regimientos de seminaristas y de proveer y coordinar comidas y cenas en multitud de actos, eventos y fiestas.
En la eucaristía, junto al cardenal don Carlos celebraron multitud de sacerdotes, muchos de los cuales en sus tiempos de seminaristas también tuvieron la oportunidad y la suerte de disfrutar de un servicio humilde, tantas veces callado y escondido, pero esencial para que quien se está formando pueda rezar, estudiar y llevar a cabo una jornada con la energía suficiente.
Pero no sólo sacerdotes: también muchos familiares (empezando por su mujer) y seminaristas nos unimos para agradecer una vida generosa y entregada al servicio, con un trabajo que discretamente y en la entrega ha generado fraternidad (parafraseando al card. Carlos Osoro).
Por último, y como no podía faltar, al terminar la celebración pasamos de la misa a la mesa, tal y como dice el refrán, para cerrar la fiesta con un buen vino español, y constatando de este modo que deja un buen relevo al mando de los fuegos.
Quien estuvo sabe que fue una despedida que dejó buen sabor de boca.